Yo era pequeña, No sabía lo que iba a pasar conmigo. Tenía miedo, mucho miedo.
Por la puerta metalica entraba sol cuando llegué a aquel lugar, y pude verlo, pero pronto todo se oscureció… Y cuando salió el sol supe que había pasado otro día. Volvió a pasar lo mismo al atardecer. Estuvo mucho rato de sol y luego oscuridad… Ese día fue eterno. El secuestrador vino, me observó un rato y se fue. Pasé el día entero sin comer ni beber. En ese momento fue cuando me di cuenta de que tarde o temprano iba a morir. Sin embargo, al siguiente día nada más amanecer, entró otro hombre distinto. Esta vez me trajo una bolsa con un bocata de salchichón, una botella de agua y ropa para cambiarme. La ropa estaba hecha polvo,con numerosos abujeros y manchas por todos lados y me venía pequeña, pero era mejor que la que llevaba desde hace ya tres días.
Por la puerta metalica entraba sol cuando llegué a aquel lugar, y pude verlo, pero pronto todo se oscureció… Y cuando salió el sol supe que había pasado otro día. Volvió a pasar lo mismo al atardecer. Estuvo mucho rato de sol y luego oscuridad… Ese día fue eterno. El secuestrador vino, me observó un rato y se fue. Pasé el día entero sin comer ni beber. En ese momento fue cuando me di cuenta de que tarde o temprano iba a morir. Sin embargo, al siguiente día nada más amanecer, entró otro hombre distinto. Esta vez me trajo una bolsa con un bocata de salchichón, una botella de agua y ropa para cambiarme. La ropa estaba hecha polvo,con numerosos abujeros y manchas por todos lados y me venía pequeña, pero era mejor que la que llevaba desde hace ya tres días.
Como yo no sabía en cuanto tiempo me iban a volver a traer comida, decidí comerme la mitad del bocadillo y un poco de agua, y racionármelo. El día se me hizo eterno, sin nada que hacer. Tenía mucho miedo, y no sabía que era lo que me querían hacer. Justo cuando se estaba haciendo de noche, me trajeron otra bolsa, con un bocata de longanizas frías y con pinta rara y otra botella de agua. Esta vez en la bolsa solo llevaba eso, pero el hombre me dijo que le diera la ropa mía que llevaba antes para lavármela. Entonces empecé a preguntarme, ¿porque querría un secuestrador, que supuestamente me iba a matar, lavarme la ropa y darme de comer? Entonces empecé a ver esperanza de sobrevivir. Lo más extraño es que la voz del segundo secuestrador que vino, me resultaba familiar pero no sabía cierto a quien se le parecía esa voz potente…
No hay comentarios:
Publicar un comentario